Increíble lugar en el centro histórico a pocos pasos del Palacio Nacional. Un ambiente hipster, bastante inclusivo. Excelentes bebidas. El único punto en contra es que no hay parqueo, y que por ser tan pequeño siempre está demasiado lleno y que afuera del lugar se lleva todo tipo de personas. Te recomiendo que vayas por la tarde para tratar de evitar este inconveniente.