La simplicidad, el esmero y la pasión que el propietario y chef transmite en la comida es impresionante; la forma en que logra plasmar su cultura y experiencia de vida se refleja en sus platillos en los cuales se degusta una explosión de sabor característica del Medio Oriente. Probamos las empanadas de queso con especias de entrada y lo que resaltó, fue la salsa de acompañamiento hecha a base de yogurt con ajo y cilantro. Por otro lado, probamos el Shawarma de carne y quedamos fascinados con el sabor de la carne, donde se refleja la calidad de los ingredientes que se utilizaron. Por último, degustamos el Kebab, donde se probó la genuinidad del cordero en el Kebab y ese sabor único de la marinada. Lo que más nos gustó de la experiencia fue el ver al propietario tan involucrado en cada paso de la preparación de la comida así como el tiempo que dedica a conocer a sus clientes, con ese trato generoso y humano caracteristico de su cultura. ¡Super recomendado!

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