Aunque las papas son muy buenas, la atención por parte de los trabajadores deja muchísimo, pero muchísimo que desear, son mal educados e irrespetuosos, poco serviciales y no le ponen atención a uno, además le hablan a uno de manera tan negativa. Que si quieren probar las papas mejor vayan a su kiosko en Oakland porque los que atienden en Cayalá hacen que uno no quiera volver a comer las papas