La comida es buena, tienen varias opciones de desayuno y almuerzo/cenas. Predomina claramente la cocina mexicana, con un toque de la casa. No es un restaurante a la carta, es de pedir al llegar e ir a buscar mesa para que te lo lleven allí. Se tardan un tiempo aceptable la mayor parte de las veces en llevar la comida que ordenas. De allí en adelante ya no se vuelve a ver al mesero, y para ordenar algo extra tocará bajar a la entrada y pedirlo para repetir nuevamente el proceso. Eso le quita puntos en servicio. Pero en ambiente es tranquilo, en especial el último nivel, sin duda una buena opción para ir a desayunar un domingo. Como extra, cuentan con amplio parqueo anexo y es gratuito (al momento de mi visita).

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