La comida de San Martin, siempre es muy buena y ofrece menús variados y de temporada. Sin embargo, el servicio deja mucho que desear. No sólo es lento sino también ineficiente. Yo tuve que esperar un largo rato para recibir una cuchara para la sopa, además me habían traído el aderezo equivocado. Para colmo, tuvimos que presenciar una pelea entre los comensales sin que nadie del personal interviniera.