Comida: la comida tiene su toque especial. Un toque guatemalteco en platillos no esperados. Las bebidas son refrescantes. Servicio: muy bueno, atentos, aunque de tardan un poco en servir. Sin embargo, por la espera, nos regalaron un platillo de papalinas. Ambiente: adentro el restaurante es acogedor, hogareño y un túnel al pasado.