Para los que les gusta la comida cantonesa a un precio realmente accesible: éste es su restaurante. Me encantó el concepto y el ambiente es algo pequeño pero acogedor. Los dumplings que más me gustaron fueron los de lomito y cerdo junto con la salsa de Sriracha. El arroz que pedimos tenía buen tamaño, pero sabía un poco a quemado. Con un poco de salsa de Sriracha quedó bastante bien. El servicio es muy bueno, la señorita nos atendió super bien, aunque es algo lento ya que cuentan con poco personal... Por ahora. La ventaja: ¡Tienen menú del día! Con bebida y postre incluído.