Que lugar más encantador y mágico, un rinconcito excepcional dentro de la ciudad perfecto para ir con familia o en pareja rodeado de naturaleza y decoración rústica. La comida muy buena, sobrepasa las expectativas platillos variados y orgánicos. El personal y servicio tan encantadores y amables que combinan perfecto con el sitio, desde el ingreso te sorprende la calidez de todos los miembros, sin duda de los lugares que se quedan marcados y que deseas volver a visitar lo antes posible ❤