El ambiente es muy lindo gracias a la decoración y la hermosa vista hacia el lago de Amatitlán. El menú tiene varios platos muy buenos para salir de lo convencional y probar cosas nuevas, pero no llega a ser excepcionales. El servicio es confuso pues son tres restaurantes que operan por separado, usualmente demoran mucho en servir y manejan tres cuentas separadas.