Lugar acogedor, perfecto para ir a cenar. El servicio muy bueno, con el dueño del restaurante presente y atento a todo. La comida parecía estar bien, pero ordené un steak tartare y tenía un sabor un poco extraño. Probé el pato por primera vez en este lugar y muy rico. El crème brûlèe tiene almendras, detalle que no me gustó.
2 Me gusta