Me moría por probar las nuevas creaciones de Hector y vaya si no nos hizo esperar unos buenos años... Pero valieron la pena! El ambiente muy relajado y acogedor, un bellísimo bar y la atención impecable. El menu es arriesgado pero a la vez apetecible. Empecé la noche con una copa de vino sugerido por el mesero y me sorprendió, seguimos con unos tacos de tocineta oriental que estaban exquisitos y crujientes. Como plato fuerte escogimos el rib-eye. Puedo decir que el termino estaba perfecto y el puré de acompañamiento esta para chupar el plato. Terminamos la noche con un terrine de chocolate súper sedoso y chocolatoso, sin duda poniendo en evidencia la buena técnica francesa que maneja Hector. Super super recomendado.

Conozco la cocina de Francesco desde sus inicios en zona 15 de la ciudad, y puedo decir que ha sido consistente en sabores, atención y el uso de ingredientes de calidad. Ahora en Antigua el ambiente es muy relajado y familiar con el vasto jardín. Los carpaccios de entrada son siempre una buena elección, seguidos de una pasta tan al dente como en la misma Italia, mi favorita es el penne con salchicha italiana picante, aunque la carbonara original es exquisita. De postre no puede faltar el mousse de chocolate. Los vinos complementan muy bien los platos de la carta y no son caros.

El hotel es simplemente bello, el ambiente es romántico y relajante. El menu es bastante ecléctico y muy completo. De mis platillos favoritos están las costillas asiáticas suaves y jugosas, el coq au vin esta para chuparse los dedos y los camarones al coco son simplemente espectaculares. Cuentan con una buena selección de vinos para acompañar los platillos y los postres saben igual de bien a como se ven.

Visite este restaurante con mi tía y mi mama, ambas con mucho conocimiento en cocina. De entrada degustamos un salmon tartar bastante fresco y bien sazonado. Los platos fuertes fueron una sorpresa, muy bien preparados y con guarniciones exquisitas que complementan bien las carnes y los sabores. Recomiendo el pato con salsa de chile guaque, el pollo en salsa de cafe y un exquisito sedoso pure de zanahoria. Y el lomito en su jugo con pure de guicoy y un toque de anis.

Aunque el menu a crecido y cambiado un poco, el plato que siempre pido es el mar y tierra (el cual no esta en el menu pero si lo pides te lo preparan con gusto). Es una variación del lomito en salsa cremosa y chipotle, la cual es fabulosa, sedosa y combina bien con el lomito y los camarones. Siempre acompaño este platillo con una buena copa de vino.

Siempre me gusto el ambiente, mas por la noche y su carta de vinos. De las entradas los calamares están muy bien cocinados y sazonados, la tabla de quesos también la recomiendo. Mi plato favorito es la costilla de res braseada al vino con la carne que se cae del hueso. El Steak frites con su respectiva salsa bearnaise, aunque el termino de la carne no fue mi favorito. La sopa de cebolla es bastante apetitosa y de buen tamaño. El sommelier, si esta, hace muy buenas recomendaciones de vino para acompañar la comida.

Jean Francios tiene la dicha de tener esta joya oculta, un lugar pequeño de frente, pero con una vista preciosa en la parte de atrás, ideal para disfrutar del atardecer. La comida por supuesto espectacular, como la carne con salsa de gorgonzola y los gnocchis que son de mis favoritos, el pato en su punto con salsa de frutos rojos también super recomendado. Los meseros son muy atentos, y si no están full, están pendientes de brindar mas pan, mantequilla, agua o bebidas. Para mi uno de los clásicos gourmet en Antigua.

Mi lugar favorito para disfrutar una hermosa y exquisita cena! La piscina llena de pétalos, las luces colgantes, las flores, el mobiliario, etc. es muy acogedor. Mi menu de siempre es este: de entrada un fresco ceviche mixto servido en una enorme concha. Plato fuerte el exquisito filete de pescado en salsa típica (de frijoles blancos) acompañado de arroz y vegetales. Y por ultimo helados de sabores varios y diferentes o una crepa flameada. La selección de vinos es muy buena y extensa. La Atención y el servicio son impecables.

Si visitas el sábado por la mañana encontraras el farmers market; verduras frescas, productos orgánicos como jabones y mieles, pan sin gluten, salsas artesanales, etc. Los desayunos y las pizzas son de mis favoritos, al igual que los licuados. Y si se antoja comida típica, siempre tienen a las señoras que sirven los platos típicos con tortillas negras, frijolitos y aguacate. El ambiente es inigualable, muy familiar y pet friendly. El servicio puede ser lento dependiendo de la ubicación de la mesa. Pero los muchachos y los encargados son muy agradables.